miércoles, 27 de abril de 2016

TERCERA ICSI. EN IVI. LA DEFINITIVA.

IVI es una famosa  clínica de fertilidad que tiene defensores y detractores a partes iguales, yo dudé mucho si acudir a ellos, aún tenía un intento gratuito por el seguro, pero mis fuerzas empezaban a flaquear. Sin decírmelo del todo claro, en el centro donde me estaba tratando me iban sugiriendo entre líneas la ovodonación ya que mi antimulleriana de 0,5 ya nos señalaba una reserva ovárica baja y encima, por los resultados obtenidos, parecía que esos pocos óvulos no eran de buena calidad. Yo sin embargo tenía una sensación en mi interior rara, como de que no estaban haciendo todo lo que se podía hacer por mí. Y pensé, a lo mejor necesito un laboratorio mejor?... Fuimos a IVI.

En aquella primera larga consulta, además de mandarme algunas analíticas extra para completar mi estudio, mi doctor me dijo que su plan para mí era el siguiente: Tienes una reserva baja, te han estimulado muy fuerte y en el segundo intento al subir las dosis se han obtenido peores resultados, mi sugerencia es estimularte poco y extraer pocos ovocitos, aunque sea uno, a ver si mejoramos así en calidad, y así ganamos un puntito. En segundo lugar vamos a empezar frenando un poquito tus ovarios con Meriestra para que arranquen con algo más de fuerza, y así ganar otro puntito. Además aquí tenemos la posibilidad de usar un EMBRYOSCOPE, una incubadora especial controlada por cámaras de manera que para ir estudiando la evolución del embrión, no es necesario sacarlo de la incubadora, se mantendrá todo el tiempo en el mismo entorno estable y así se evita q se pueda deteriorar lo más mínimo al manipularlo, y así ganar otro puntito. Y a ver si sumando puntitos lo conseguimos.

Me pareció coherente, posible, me dieron la opción de practicarme las pruebas que me faltaban donde yo quisiera, lo que me hizo sentir que no me veían como un nuevo fajo de billetes, ya que las pruebas fueron bastante caras. Las pruebas de ADN espermático sí quisieron hacerlas ellos, me pareció razonable.

Me estimulé con dosis mucho más bajas que las otras veces, me encontraba mejor por eso y a pesar de ello sólo me estimulé 5 días, la respuesta de mis ovarios fue rápida y óptima, y llegué a la punción con 4 ovocitos, 3 de ellos maduros.

El doctor me dij:  si el embrión en día +3 fuera de mala calidad, no te lo pondríamos, lo llevaríamos a día 5 para ver si evoluciona. Lo agradecí, ya había pasado por dos FIV con un embrión +3 D para nada, y confiaba totalmente en él. Más puntos a su favor, podría ponérmelo aunque fuera de mala calidad y cobrar el tratamiento completo pero prefirió asegurar, me dijo: quiero transferirte un embrión que te pueda embarazar.

A día +3 me llamó el doctor, yo estaba en la cama aún esperando que me llamaran para decirme que todo evolucionaba y esperaba la transfer a día +5. Entonces:

Dr: Mira estoy viendo tus embriones.

Yo: “Mis embriones”? Hay más de uno?

Dr: Si si, tenemos dos, tenemos un B y un C, mis biólogos son muy exigentes pero yo los veo preciosos y confío en ellos, te vienes para acá y los transferimos?

Yo: Hombre pues claro,  para allá que voy (y ya dando saltitos metiendo la pierna por la pata del pantalón).

Me transfirieron mis dos estrellas, dos puntos ultra brillantes en la pantalla me enseñaba a mis estrellas dentro de mi…

La beta fue positiva, una estrella se quedó conmigo, mi estrella, recordar ese momento me emociona profundamente… eso será otro post…

Para mi IVI ha sido una increíble clínica, en todo, en atención profesional y humana de cada persona que me atendió, apretando fuerte mi mano cuando estaba en quirófano y comprendiendo cada uno de mis miedos, repetiré si llega el momento. También creo que esa conexión de confianza ciega en mi médico fue clave, y yo ya iba resentida y desconfiada, pero tener esa sensación con quién me trató y llevó mi caso fue primordial. Así se lo dije y lo sentí, aunque hubiese salido mal, habría estado agradecida.


Se puede, se sufre pero se puede, y nuestro instinto también puede llevarnos al éxito.

jueves, 14 de enero de 2016

Verdades, mitos, leyendas y otras locuras

Las posturas, el reposo con las piernas hacia arriba, las vitaminas y lubricantes milagrosos, test y más test de embarazo y ovulación, temperaturas y mil detalles más… todas hemos probado y pasado por más de una de estas locuras, todo para poner de nuestra parte, todo por ayudar.

Yo después de estos años me he dado cuenta de lo absurdo que es todo, de hecho en mi caso no solo no ha valido para nada, sino que me ha hecho estar más nerviosa y más pendiente de todo. Todas las que empiecen a buscar, a partir de los tres meses empezarán poco a poco a probar todos los trucos, los descubrirán todos por Internet, en foros… Se interesarán por el milagroso Omifin (uy sí, un milagrazo eh? Jajaja), como encontrar sus días fértiles, dormirán con el termómetro en la mesilla, harán un master en tipos de flujo vaginal,  conocerán todas las propiedades de la maca y del aceite de onagra, y buscarán con fe cuando le falten tres o cuatro días para que les baje la regla, si el dolor de muelas es un síntoma de embarazo. Quien dice dolor de muelas, dice un grano o una cana. Y es que on line, todo son síntomas, que te duela el pecho y que no te duela, estar estreñida o ir demasiado suertecilla, tener sueño y tener insomnio, no tener dolor y sentir que te va a bajar el periodo… de todo, todos los meses estamos embarazadas por algo, pero no.

Los test de ovulación predicen el embarazo, este es de los pocos en los que yo no he caído, así que puedo juzgarlo poco, sí que he leído a muchas que aseguran que si. ¿Y los test de embarazo 6 días antes de la falta? Pues también hay a quien se lo detectan. Lo que sí he sacado en claro sobre esto, es que salgan positivos o negativos, tampoco aportan casi nunca nada bueno, porque es que aunque te salga una sombrita… viene luego siempre siempre la segunda parte: Pero esto es positivo? Nadie lo ve excepto yo. Todos lo ven excepto yo. Será la famosa línea de evaporación?. Es fiable si aparece la sombra 12 horas después? Podría ser un bioquímico… En fin, que nos quedamos casi peor que antes, que no paramos de decir que no, que seguro que es que no, pero por dentro estamos todo el rato diciendo, seguro que sí, una sobra es una sombra y no hay falso positivo, lo pone en Google!

Yo lo tengo claro. Puedes estar media hora con las piernas en alto y quedarte, o no. Puedes usar el lubricante mágico que es seda para el esperma y quedarte, o no. Puedes tomar onagra y mejorar tu ovulación, o no. Puedes hacer ciclos de Omifin y quedarte, o no. Puede salirte un test negativo, y seguir confiando en que te quedaste. Puede salirte el test positivo y seguir sin fiarte porque ni siquiera tienes falta, porque a lo mejor el tratamiento lo altera, o no. Mancharás y pensarás que está por venir de nuevo, o que fue implantación.

Así que YO, ni me hago test sin falta, ni me miro el pecho, si tengo sueño duermo y no me ilusiono de la historia de la amiga de la cuñada de mi prima, porque si no me vuelvo muy loca.


Pero reconozco que aún pienso que este mes sí, que cuando se acerca la fecha me pongo nerviosa y que un día de retraso es una esperanza…el caso es que haga lo que haga, acabo el ciclo loca.

miércoles, 13 de enero de 2016

Resumen de ni segunda FIV

Todo empieza volviendo a la clínica a ver qué es lo que ha pasado. De aquella cita lo que sacamos en claro fue que podía haber sido mala suerte, o que los óvulos o embriones no fueran de muy buena calidad… en fin, nada claro. El médico me dijo que su opinión era volver a intentarlo sin duda.

En ese ciclo, variaron la medicación, y las dosis. Sin embargo el resultado un fue mucho mejor. En la punción extrajeron 7 ovocitos, pero solo 3 eran maduros, así que mucho subir la medicación para obtener más… pero si menos de la mitad no servían para nada, pues flaco favor me hicieron. A la transfer nuevamente llegamos con un embrión de 3 días de calidad D, vamos, que volvía a ser muy difícil que cuajara, y así fue como el mes pasado tuvimos la segunda beta negativa.

Cuando me llamaron de la clínica para ver cómo estaba ya no fingí como otras veces, siempre decía que estaba bien y que ya sabía que podía ser negativa. Esta vez me limité a decir, pues mira no sé que decirte, no sé si voy a volver, y me lo pensaré… ni frío ni calor, ya no confiaba e ellos.

No estaba muy segura de si iba a intentar mi tercer intento en esa clínica, porque es la que me cubría mi seguro, sin embargo a los pocos días me llegó la historia de una conocida que le había pasado como a mí. Le extraían pocos ovitos y al parecer no del todo buenos, de hecho en uno de los ciclos con punción de 7 ovocitos no llego a la transfer. Ella cuando agotó sus intentos decidió probar en IVI y allí sintió que encauzaron mejor su caso, obteniendo pocos aunque mejores embriones, y de entre esos nació su hijo.

Pues allí que me fui al teléfono y pedí una cita con ellos. Ciertamente en la primera cita me sentí comprendida y a un profesional delante que aparentaba ganas de luchar por mi caso, si eran pocos que fueran buenos. Y hemos decidido tirarnos a la piscina.

Nos mandó una serie de pruebas genéticas para completar lo que teníamos y descartar otro problema, cariotipo, x-frágil y fragmentación de esperma, y todo ha salido bien. Y entonces me pautó Meriestra desde una semana antes de la regla, y ya con la bajada del periodo, ir a eco para pautar el tratamiento y empezar la estimulación.


En este punto estamos, en menos de una semana me debe  llegar la regla y veremos que pasa, la tercera aventura…

miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL DIA DE LA BETA

Quiero hacer un pequeño parón en mi historia para hablar del “DÍA DE LA BETA”, ¿qué mejor día que hoy que ha sido el día de la beta de mi segunda FIV y encima negativa?

Pues lo de siempre, llega el día, te pinchas, te esperas y hay mala suerte y negativa. En este caso yo lo tenía bastante claro, ya que me dijeron que había muy pocas posibilidades al transferir solo un embrión y que éste fuera de calidad D, y además ayer ya empecé a manchar marrón, y no, no era implantación, yo ya lo sabía. Cada una conoce su cuerpo, y si hay ya experiencia sabes como funciona, en mi caso soy un reloj y con la progesterona mi regla queda retenida y tengo ese manchado, que además durará unos días más hasta que expulse toda la progesterona y baje la regla del todo por fin.

En todo caso, yo quiero hablar de la actitud frente a la beta.

El derecho a pataleta está ahí, yo ya lo tuve ayer con el manchado, y no me conformé con las lagrimitas silenciosas, me senté a llorar bien a gusto con mi inundación de mocos y todo, las cosas en condiciones, ¿qué hay que llorar? Pues a llorar como Dios manda. Pero en estos años de tratamiento encontré el truco perfecto para que a mí no me hundiera un negativo, y es que durante el tratamiento siempre trazo las líneas de un PLAN B, siempre, por si acaso. Tenía q hacer desaparecer esa sensación de vacío, de “ya no hay nada que hacer”, de no va a funcionar, de ¿y ahora qué hago?. Eso me mataba, el sentir soledad, vacío, vértigo y fracaso me ha matado muchas veces. Ya no, he ido trazando mi PLAN B.

Así puedo permitirme el día de la beta negativa, convertirlo en el inicio de un nuevo proyecto que ya había estado dibujando antes. Ya tengo mis preguntas para la próxima consulta, encaminadas a si hay una alternativa modificando medicación o duración de tratamiento para que mis óvulos lleguen maduros en su mayoría al día de la punción.

¿Y qué más podría hacer yo? Pues de primeras premiarme por mi ciclo. No me permitían durante la beta espera relaciones ni baños de inmersión. Así que baño relajante con sales y velas sólo para mí y al resto echarle imaginación…jajaja. Tambíen reservé dinero para pasarme una buena tarde de compras, de estar de pie, andando, probando y nada de reposo.

Por otro lado, la medicación no está en mi mano pero, ¿y si pudiera mejorar mi calidad cambiando algunos hábitos que encima me van a sentar de maravilla en cualquier caso?
Salir a caminar al menos una hora al día, cambiar los hábitos de alimentación, en mi caso cenar solo frutas y verduras, en las comidas eliminar todo lo industrial, todos los fritos, más pescado, poca carne y blanca, legumbres, solo el café del desayuno y sustituir el resto por infusiones. Todo en un reto de mes y medio largo que es el tiempo que pasa en dejar una regla de descanso y empezar el nuevo ciclo de tratamiento. Otro reto importante, el más importante, DEJAR DE FUMAR,  que suena a locura, tendría que haberlo dejado incluso antes de empezar a buscar ya varios años atrás, pero ahora HAY QUE HACERLO. ¿Y si es verdad que el tabaco influye tantísimo en la fertilidad? Seguramente si, y tengo que comprobarlo, ¿qué puede pasar? En cualquier caso nada malo para mí.

Y así afronto mi beta negativa, que aunque sé que es difícil, es como debemos hacerlo, porque el “me rindo” no existe, porque siempre se puede un poquito más, y otro poquito, y otro. ¿Se os ocurre algo mejor por lo que luchar? Yo pienso en el fin, ya no pienso en mí, sólo lo hago para sonreír cuando no tengo ganas porque la tristeza y el mal estado de ánimo solo perjudica mi objetivo, y de eso nada:


Diseñando plan B, construyendo nueva ilusión, dibujando un camino de nuevos objetivos para cumplir mientras llega la fecha del primer pinchazo, y a la tercera va a la vencida, ahora si!!

martes, 15 de diciembre de 2015

Mi primera FIV

Todo empezó con un control ecográfico para orientarnos sobre la reserva ovárica, me esperaba una nueva sorpresa, se percibían pocos folículos, unos 8. La doctora me dijo que veía una baja reserva ovárica para mi edad, yo le pregunté si era suficiente para el tratamiento y me dijo que si. Otro inconveniente, en menos de un año mi reserva ovárica había pasado de buena a baja. Para confirmar me mandó hacer un análisis de antimulleriana que nos confirmó la baja reserva. ¿Trompa obstruida?, ¿me tengo que operar?, y ahora que estaba todo bien ¿baja reserva? Que buena suerte oye…

Pues nada, con la siguiente regla empezamos el proceso, con dosis máximas de medicación, y aún así en la primera eco solo habían 4 folículos. Con muchísima menos dosis para mi IA tuve 5 y ahora este desastre. El caso es que llegamos a la punción con el resultado final de 5 folículos que contenían 5 ovocitos. Y con el fin de la punción, las llamadas del laboratorio.

Tengo que decir que para mi es la peor etapa, las llamadas, ni beta espera ni nada, esas llamadas que te dan la vida o te pueden llegar a decir que no han quedado embriones viables. Estar en beta espera es haber tenido la grandísima suerte de conseguir embriones. Hay que romper una lanza a favor de la beta espera!! No es el peor rato!! Lo peor es esperar agarrada al móvil LA LLAMADA DEL LABORATORIO.

Primera llamada, dia 0: de los 5 ovocitos, solo 3 eran maduros

Segunda llamada, día 1: de los 3 maduros han fecundado 2.

Tercera llamada, día 2: uno de los embriones va muy lento, no llegara a la transfer, pero el otro es precioso, es de libro, está perfecto. Mañana es la transferencia.

Y llegó el día de la transfer, iba contentísima, solo tenia uno, pero era mi uno, y era perfecto.

Sin embargo justo antes de la transfer nos informan los biólogos que el embrión se ha quedado muy lento, que en un día solo había creado una célula, estaba en 5 células cuando debía estar en 8 o 9. Teníamos un tipo D.

La transfer fue un desastre, el disgusto, los nervios, mi histeria personal, encima al hacerla el embrión se quedó retenido en la cánula y hubo que repetir. Yo no paraba de pensar que estaba pasando demasiado tiempo, se iba a morir. Un desastre total.


Dos semanas después la beta fue negativa, pero dolió igual. Unas horas después ya estaba deseando volver a empezar.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La obstrucción de trompas

Aquí empezó mi estudio de investigación sobre el hidrosalpinx, consulté foros, páginas médicas, consultorios on line de famosas clínicas de fertilidad etc., y descubrí algunas cosas.

Parecía ser que un hidrosalpinx supone que algo tapona la trompa y se queda de alguna forma estancado un líquido que obstruye el conducto, por lo tanto por ahí nada sube y nada baja. Aunque bueno, había algo que mi médico tampoco me había dicho y me sorprendió, resulta que ese líquido puede ir drenándose puntualmente hacía el útero y puede barrer un posible embrión impidiendo que este anide. También puede ser que ese líquido sea una fuente de bacterias que al pasar al útero cree una especie de entorno hostil para el embrión.

Estas fueron algunas de las cosas que descubrí, y claro, me quedé un poco paralizada. ¿Tenía en mi cuerpo  mi particular método anticonceptivo? ¿De qué servirían mil tratamientos si ese líquido odioso me lo iba a arruinar todo?

Pero yo no soy médico, y tenía que trazar otro plan de acción, así que dí unos cuantos pasos atrás y volví al punto en que debía de haberle llevado a mi ginecóloga los resultados de las pruebas.

Mi ginecóloga me recibió echándome la correspondiente bronca por no haber acudido a ella con las pruebas que ELLA me había mandado, pero fue comprensiva, y al final concluyó:

-         Con tu edad y un hidrosalpinx, tienes que hacerte una FIV, es el protocolo médico, toma este teléfono y habla con este Doctor. Ni te lo pienses

La consulta con mi actual médico de reproducción asistida fue genial, me sentí muy reconfortada y alabó mis actitudes de investigación, y resumiendo, lo más importante que saqué de aquella cita:

-         Lo que has investigado va por buen camino, ese líquido nos entorpece, incluso con una FIV te podríamos dar solo un 5% de probabilidades de éxito, te tienes que operar, hay que sacar la trompa dañada mediante una laparoscopia. Un mes después de la operación vente por aquí, haremos una FIV y tendrás a tu niño

Imagínate oír esas palabras, no pude ni contener la emoción y en la misma consulta rompí a llorar. Entré con miedo a que tuvieran que operar, no tenía fuerzas para pasar por eso también, pero fue oír “y tendrás a tu niño”… y la semana después ya me estaba haciendo el preoperatorio.

A finales de este verano ya estaba operada, la maldita trompa dañina fuera y todo lo demás perfecto, la operación había sido un éxito, mi recuperación rápida y fabulosa, y un regalo:

Cuatro diminutas cicatrices en mi panza que siempre he visto como recordatorio en mi cuerpo de una lucha que va a merecer mucho la pena.


Coincidiendo con mi tercer año de búsqueda, empecé con mi FIV, ya venía mi niño.

viernes, 11 de diciembre de 2015

La Clínica de Reproducción

Con todos los resultados de las pruebas que nos habíamos hecho, pedí cita en una clínica de fertilidad.

Mientras tomaban los datos en la recepción, de repente, me entraron unas ganas enormes de llorar, no sabía por qué, pero no podía remediarlo. Nos sentamos en la sala de espera y miraba a toda la gente que había allí, como intentando averiguar lo que podría pasarle a aquellas parejas. Fue como una vuelta a la realidad de golpe, como si hasta ese momento no hubiese sido consciente de mi situación. Estar ese primer día allí fue horrible. Visto hoy desde la distancia no tiene mucho sentido, porque desde luego que no lo veo de la misma forma, sin embargo ese día fue un momento desolador. No quería estar allí, no entendía por que me estaba ocurriendo algo que me obligaba a acudir a una clínica para poder tener hijos. Era como estar triste y muy cabreada a la vez. Pero no tenía más remedio.

Ya dentro de la consulta con el doctor y después de las infinitas preguntas y examen de las pruebas que llevaba, vino su diagnóstico:

-         Tienes hidrosalpinx, una obstrucción en la trompa derecha, pero la otra parece perfecta, yo te recomiendo que hagas una fecundación in Vitro.

En ese momento me cerré en banda a la idea, si mi otra trompa funcionaba no entendía por que había que hacer una FIV, ¿Por qué no una inseminación? ¿y por qué los ciclos con pastillas de Omifin no funcionaban?

Tras discutir varios puntos con el médico, al final acordamos hacer otros dos ciclos con las pastillitas pero doblándome la dosis y añadiendo el famoso Ovitrelle y progesterona. Y de allí me  fui nuevamente emocionada con que este tratamiento más completo sí funcionaría. Pero tampoco lo hizo.

Meses después regresé a la clínica con el convencimiento ya de dar el paso a la Inseminación Artificial.

Me administré mi medicación, en los controles vimos que contábamos con 5 folículos, y como 3 de ellos estaban en el ovario que correspondía a mi trompa tapada, pues realmente contábamos con 2 viables, y al no haber peligro se realizó.

Viví mi primera beta espera con ilusión, pero tampoco funcionó.


Poco después volví a la cínica de reproducción, y aunque yo insistí en repetir la IA, el médico me seguía aconsejando la FIV. Pero yo no estaba convencida, todo estaba bien supuestamente para que pudiera cuajar una inseminación. Así que me fui a casa, empecé a investigar sobre el único problema que parecía tener, el hidrosalpinx unilateral, y después de lo que descubrí, nunca regresé a aquella clínica.