miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL DIA DE LA BETA

Quiero hacer un pequeño parón en mi historia para hablar del “DÍA DE LA BETA”, ¿qué mejor día que hoy que ha sido el día de la beta de mi segunda FIV y encima negativa?

Pues lo de siempre, llega el día, te pinchas, te esperas y hay mala suerte y negativa. En este caso yo lo tenía bastante claro, ya que me dijeron que había muy pocas posibilidades al transferir solo un embrión y que éste fuera de calidad D, y además ayer ya empecé a manchar marrón, y no, no era implantación, yo ya lo sabía. Cada una conoce su cuerpo, y si hay ya experiencia sabes como funciona, en mi caso soy un reloj y con la progesterona mi regla queda retenida y tengo ese manchado, que además durará unos días más hasta que expulse toda la progesterona y baje la regla del todo por fin.

En todo caso, yo quiero hablar de la actitud frente a la beta.

El derecho a pataleta está ahí, yo ya lo tuve ayer con el manchado, y no me conformé con las lagrimitas silenciosas, me senté a llorar bien a gusto con mi inundación de mocos y todo, las cosas en condiciones, ¿qué hay que llorar? Pues a llorar como Dios manda. Pero en estos años de tratamiento encontré el truco perfecto para que a mí no me hundiera un negativo, y es que durante el tratamiento siempre trazo las líneas de un PLAN B, siempre, por si acaso. Tenía q hacer desaparecer esa sensación de vacío, de “ya no hay nada que hacer”, de no va a funcionar, de ¿y ahora qué hago?. Eso me mataba, el sentir soledad, vacío, vértigo y fracaso me ha matado muchas veces. Ya no, he ido trazando mi PLAN B.

Así puedo permitirme el día de la beta negativa, convertirlo en el inicio de un nuevo proyecto que ya había estado dibujando antes. Ya tengo mis preguntas para la próxima consulta, encaminadas a si hay una alternativa modificando medicación o duración de tratamiento para que mis óvulos lleguen maduros en su mayoría al día de la punción.

¿Y qué más podría hacer yo? Pues de primeras premiarme por mi ciclo. No me permitían durante la beta espera relaciones ni baños de inmersión. Así que baño relajante con sales y velas sólo para mí y al resto echarle imaginación…jajaja. Tambíen reservé dinero para pasarme una buena tarde de compras, de estar de pie, andando, probando y nada de reposo.

Por otro lado, la medicación no está en mi mano pero, ¿y si pudiera mejorar mi calidad cambiando algunos hábitos que encima me van a sentar de maravilla en cualquier caso?
Salir a caminar al menos una hora al día, cambiar los hábitos de alimentación, en mi caso cenar solo frutas y verduras, en las comidas eliminar todo lo industrial, todos los fritos, más pescado, poca carne y blanca, legumbres, solo el café del desayuno y sustituir el resto por infusiones. Todo en un reto de mes y medio largo que es el tiempo que pasa en dejar una regla de descanso y empezar el nuevo ciclo de tratamiento. Otro reto importante, el más importante, DEJAR DE FUMAR,  que suena a locura, tendría que haberlo dejado incluso antes de empezar a buscar ya varios años atrás, pero ahora HAY QUE HACERLO. ¿Y si es verdad que el tabaco influye tantísimo en la fertilidad? Seguramente si, y tengo que comprobarlo, ¿qué puede pasar? En cualquier caso nada malo para mí.

Y así afronto mi beta negativa, que aunque sé que es difícil, es como debemos hacerlo, porque el “me rindo” no existe, porque siempre se puede un poquito más, y otro poquito, y otro. ¿Se os ocurre algo mejor por lo que luchar? Yo pienso en el fin, ya no pienso en mí, sólo lo hago para sonreír cuando no tengo ganas porque la tristeza y el mal estado de ánimo solo perjudica mi objetivo, y de eso nada:


Diseñando plan B, construyendo nueva ilusión, dibujando un camino de nuevos objetivos para cumplir mientras llega la fecha del primer pinchazo, y a la tercera va a la vencida, ahora si!!

martes, 15 de diciembre de 2015

Mi primera FIV

Todo empezó con un control ecográfico para orientarnos sobre la reserva ovárica, me esperaba una nueva sorpresa, se percibían pocos folículos, unos 8. La doctora me dijo que veía una baja reserva ovárica para mi edad, yo le pregunté si era suficiente para el tratamiento y me dijo que si. Otro inconveniente, en menos de un año mi reserva ovárica había pasado de buena a baja. Para confirmar me mandó hacer un análisis de antimulleriana que nos confirmó la baja reserva. ¿Trompa obstruida?, ¿me tengo que operar?, y ahora que estaba todo bien ¿baja reserva? Que buena suerte oye…

Pues nada, con la siguiente regla empezamos el proceso, con dosis máximas de medicación, y aún así en la primera eco solo habían 4 folículos. Con muchísima menos dosis para mi IA tuve 5 y ahora este desastre. El caso es que llegamos a la punción con el resultado final de 5 folículos que contenían 5 ovocitos. Y con el fin de la punción, las llamadas del laboratorio.

Tengo que decir que para mi es la peor etapa, las llamadas, ni beta espera ni nada, esas llamadas que te dan la vida o te pueden llegar a decir que no han quedado embriones viables. Estar en beta espera es haber tenido la grandísima suerte de conseguir embriones. Hay que romper una lanza a favor de la beta espera!! No es el peor rato!! Lo peor es esperar agarrada al móvil LA LLAMADA DEL LABORATORIO.

Primera llamada, dia 0: de los 5 ovocitos, solo 3 eran maduros

Segunda llamada, día 1: de los 3 maduros han fecundado 2.

Tercera llamada, día 2: uno de los embriones va muy lento, no llegara a la transfer, pero el otro es precioso, es de libro, está perfecto. Mañana es la transferencia.

Y llegó el día de la transfer, iba contentísima, solo tenia uno, pero era mi uno, y era perfecto.

Sin embargo justo antes de la transfer nos informan los biólogos que el embrión se ha quedado muy lento, que en un día solo había creado una célula, estaba en 5 células cuando debía estar en 8 o 9. Teníamos un tipo D.

La transfer fue un desastre, el disgusto, los nervios, mi histeria personal, encima al hacerla el embrión se quedó retenido en la cánula y hubo que repetir. Yo no paraba de pensar que estaba pasando demasiado tiempo, se iba a morir. Un desastre total.


Dos semanas después la beta fue negativa, pero dolió igual. Unas horas después ya estaba deseando volver a empezar.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La obstrucción de trompas

Aquí empezó mi estudio de investigación sobre el hidrosalpinx, consulté foros, páginas médicas, consultorios on line de famosas clínicas de fertilidad etc., y descubrí algunas cosas.

Parecía ser que un hidrosalpinx supone que algo tapona la trompa y se queda de alguna forma estancado un líquido que obstruye el conducto, por lo tanto por ahí nada sube y nada baja. Aunque bueno, había algo que mi médico tampoco me había dicho y me sorprendió, resulta que ese líquido puede ir drenándose puntualmente hacía el útero y puede barrer un posible embrión impidiendo que este anide. También puede ser que ese líquido sea una fuente de bacterias que al pasar al útero cree una especie de entorno hostil para el embrión.

Estas fueron algunas de las cosas que descubrí, y claro, me quedé un poco paralizada. ¿Tenía en mi cuerpo  mi particular método anticonceptivo? ¿De qué servirían mil tratamientos si ese líquido odioso me lo iba a arruinar todo?

Pero yo no soy médico, y tenía que trazar otro plan de acción, así que dí unos cuantos pasos atrás y volví al punto en que debía de haberle llevado a mi ginecóloga los resultados de las pruebas.

Mi ginecóloga me recibió echándome la correspondiente bronca por no haber acudido a ella con las pruebas que ELLA me había mandado, pero fue comprensiva, y al final concluyó:

-         Con tu edad y un hidrosalpinx, tienes que hacerte una FIV, es el protocolo médico, toma este teléfono y habla con este Doctor. Ni te lo pienses

La consulta con mi actual médico de reproducción asistida fue genial, me sentí muy reconfortada y alabó mis actitudes de investigación, y resumiendo, lo más importante que saqué de aquella cita:

-         Lo que has investigado va por buen camino, ese líquido nos entorpece, incluso con una FIV te podríamos dar solo un 5% de probabilidades de éxito, te tienes que operar, hay que sacar la trompa dañada mediante una laparoscopia. Un mes después de la operación vente por aquí, haremos una FIV y tendrás a tu niño

Imagínate oír esas palabras, no pude ni contener la emoción y en la misma consulta rompí a llorar. Entré con miedo a que tuvieran que operar, no tenía fuerzas para pasar por eso también, pero fue oír “y tendrás a tu niño”… y la semana después ya me estaba haciendo el preoperatorio.

A finales de este verano ya estaba operada, la maldita trompa dañina fuera y todo lo demás perfecto, la operación había sido un éxito, mi recuperación rápida y fabulosa, y un regalo:

Cuatro diminutas cicatrices en mi panza que siempre he visto como recordatorio en mi cuerpo de una lucha que va a merecer mucho la pena.


Coincidiendo con mi tercer año de búsqueda, empecé con mi FIV, ya venía mi niño.

viernes, 11 de diciembre de 2015

La Clínica de Reproducción

Con todos los resultados de las pruebas que nos habíamos hecho, pedí cita en una clínica de fertilidad.

Mientras tomaban los datos en la recepción, de repente, me entraron unas ganas enormes de llorar, no sabía por qué, pero no podía remediarlo. Nos sentamos en la sala de espera y miraba a toda la gente que había allí, como intentando averiguar lo que podría pasarle a aquellas parejas. Fue como una vuelta a la realidad de golpe, como si hasta ese momento no hubiese sido consciente de mi situación. Estar ese primer día allí fue horrible. Visto hoy desde la distancia no tiene mucho sentido, porque desde luego que no lo veo de la misma forma, sin embargo ese día fue un momento desolador. No quería estar allí, no entendía por que me estaba ocurriendo algo que me obligaba a acudir a una clínica para poder tener hijos. Era como estar triste y muy cabreada a la vez. Pero no tenía más remedio.

Ya dentro de la consulta con el doctor y después de las infinitas preguntas y examen de las pruebas que llevaba, vino su diagnóstico:

-         Tienes hidrosalpinx, una obstrucción en la trompa derecha, pero la otra parece perfecta, yo te recomiendo que hagas una fecundación in Vitro.

En ese momento me cerré en banda a la idea, si mi otra trompa funcionaba no entendía por que había que hacer una FIV, ¿Por qué no una inseminación? ¿y por qué los ciclos con pastillas de Omifin no funcionaban?

Tras discutir varios puntos con el médico, al final acordamos hacer otros dos ciclos con las pastillitas pero doblándome la dosis y añadiendo el famoso Ovitrelle y progesterona. Y de allí me  fui nuevamente emocionada con que este tratamiento más completo sí funcionaría. Pero tampoco lo hizo.

Meses después regresé a la clínica con el convencimiento ya de dar el paso a la Inseminación Artificial.

Me administré mi medicación, en los controles vimos que contábamos con 5 folículos, y como 3 de ellos estaban en el ovario que correspondía a mi trompa tapada, pues realmente contábamos con 2 viables, y al no haber peligro se realizó.

Viví mi primera beta espera con ilusión, pero tampoco funcionó.


Poco después volví a la cínica de reproducción, y aunque yo insistí en repetir la IA, el médico me seguía aconsejando la FIV. Pero yo no estaba convencida, todo estaba bien supuestamente para que pudiera cuajar una inseminación. Así que me fui a casa, empecé a investigar sobre el único problema que parecía tener, el hidrosalpinx unilateral, y después de lo que descubrí, nunca regresé a aquella clínica.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Aquellas primeras pruebas

No hice caso del todo a mi ginecóloga, sólo me hice la analítica de hormonas y él su espermiograma.

De regreso en la consulta, le entregué los resultados a mi ginecóloga:

-         Todo esto está normal, según las pruebas no entiendo por qué no te has quedado embarazada, la citología ha salido perfecta. ¿Donde esta la histero?
-         No me la he hecho
-         ¿Por qué?
-         Me da miedo, es invasiva, y lo del contraste… no sé
-         Ya (con cara de regañina)
-         ¿No hay algo que pueda tomar que me dé un empujoncito?
-         Mira te voy a mandar un par de ciclos con estas pastillas, pero escúchame, no pierdas más tiempo y hazte la histerosalpingografía ya.
-         Vale

Y de allí me fui, teniendo más claro que el agua que no me hacía la prueba, me iba a tomar mis pastillitas y me quedaría embarazada.

Desgraciadamente no funcionaron, y me planté el tercer día del ciclo en la sala de espera del hospital, para hacerme la dichosa prueba del demonio.

La histerosalpingografía es una prueba diagnóstica que sirve para dar información sobre el estado de las trompas de Falopio, nos dirá si son o no permeables, es decir, si hay alguna obstrucción o, por decirlo de alguna forma, las vías están libres tanto para que circule el esperma para fecundar como para el embrión para viajar al útero.

Yo estaba muy nerviosa, no sabía que saldría, si me dolería, lo de siempre, miedo a lo nuevo. Y realmente por culpa de mis nervios fue horrible porque no eran  capaces de ponerme el espéculo. ¿Tensión, miedo, estrés y espéculo? Combinación fatal

Tras mucho rato tuvo que venir a hacerlo un ginecólogo, me armé de valor y pudieron hacerme la prueba, simplemente puesto el espéculo se introduce una cánula ultrafina imposible de notar, y a través de ella se vierte dentro un contraste que inunda útero y trompas mientras ven el proceso en un monitor. Si el líquido pasa por el útero y recorre las trompas hasta el final, está todo perfecto. Si el líquido se atranca en una o las dos trompas, pues mal, hay obstrucción. Y ahí estaba, mi obstrucción, en todo su esplendor.

Tumbada en la camilla mirando el monitor ya solo escuchaba al médico como una voz en off que estuviera muy muy lejos de allí:

-         Es solo en la trompa derecha… ¿ves?... la izquierda está perfecta… a ver si echando más contraste de destapa… no… la derecha esta obstruida… pero no es nada… solo que tardarás algo más en quedarte…¿ te haces test de LH?... bla… bla… bla

Y me fui a casa aturdida, en el camino no me dio exactamente bajón o pena, lo que estaba era increíblemente confundida, de repente no entendía nada.
Cuando llegué a casa me senté y sólo concluí en una cosa: A moverse, ¿Cuál es el próximo paso? Si hay que luchar un poco por esto, iremos a por ello


¿Luchar “un poco”? Ja!

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Empezamos en un momento complicado...

A pesar de que habíamos pensado en ser padres un par de años atrás, por mis circunstancias familiares q por desgracia llegaron, tuvimos que suspender nuestro sueño, yo tenía que estar en otro lugar, y cada día me alegro de haberlo estado.

Unos seis meses después de que todo acabó retomamos aquella ilusión, yo realmente lo deseaba aunque emocionalmente no estaba ni de lejos en mi mejor momento para ello, aunque eso tardé muchísimo tiempo en descubrirlo. Yo no sabía que estaba sumida en un estado de ansiedad bastante importante, tenía muchos síntomas físicos y emocionales de ella, pero yo nuca había sufrido de ansiedad ni de lejos. Así que pasé el primer año de búsqueda llevando sin saberlo a las espaldas un serio cuadro de ansiedad y depresión que descubrí tras acudir a una psicóloga. Llegué a ella por desesperación, porque tras ir a varios especialistas nadie me explicaba por que me mareaba, no era capaz de estar de pie mucho tiempo, toda la comida me sentaba mal, solo me encontraba bien durmiendo, me sentía increíblemente insegura en la calle, dolores de estómago casi a diario.. en fin. Unas veces me pasaban unas cosas y otras veces me dolían otras, así q unas veces me decían que tenía vértigos, otras contracturas, otras intolerancias… q estaba perfectamente vamos, sana como un roble, hasta que una señora maravillosa me dijo: hija, no sé como has aguantado así tanto tiempo, tienes un cuadro de ansiedad muy fuerte y principio de depresión, pero vas a salir.

Y como esto es otra historia, vuelvo a mi búsqueda.

Podría decir que un año y medio después de empezar a buscar mi embarazo ya era una persona más fuerte, más recuperada y volvía a empezar a recordarme a mí, y fue cuando decidimos.

-Bueno, estoy muchísimo mejor, creo que deberíamos ir a mi ginecóloga a contarle cómo vamos a ver que nos dice, me haga la revisión que me toca y si cree necesario hacernos algunas pruebas. ¡Vamos!


Y allí estaba yo tan feliz con  mi ginecóloga de siempre:

-         Bueno, ¿cómo estás?
-         Muy bien, a hacerme la revisión y contarte que no me quedo embarazada y ha pasado un año y medio.
-         Bueno, no te preocupes mucho, vamos a reconocerte
-         Muestra para citología. Voy a hacerte una eco, a ver, los ovarios bien, endometrio bien, lo veo todo muy bien, a ver la reserva ovárica… bastante buena, bien. Muy bien, puedes vestirte. Mira te vas a hacer esta analítica de hormonas, esta otra prueba que es una histerosalpingografía (enseguida explico brevemente que tal fue la prueba impronunciable) y tu marido un espermiograma. Cuando lo tengas todo me lo traes.
-         Vale, muchas gracias.


Y de allí me fui yo tan feliz con  mis volantes para las pruebas.

martes, 8 de diciembre de 2015

empezando como todas, con ilusión...


Yo empecé a intentar ser madre hace ya algo más de 3 años, y durante este tiempo han pasado muchísimas cosas. Las personas que han tardado mucho en lograr un embarazo, las que aún no lo han conseguido, las que se han sometido a muchas pruebas, varios tratamientos y consultando internet hasta el infinito en busca de alguna pista que pudiera ayudar, saben muy bien de lo que hablo.

Poquito a poco quiero tratar muchos detalles, ¿sobre qué cosas? Ayyyy pues un montón: Pasan dos, tres, seis meses y no me quedo embarazada. Ha pasado más de un año, ¿me pasará algo?. Un mundo nuevo, temperatura basal, test de ovulación, fases del ciclo etc. Habrá que ir al médico, no será nada, he leído en Internet que una pareja sana puede tardar sobre un año en concebir. Primeras pruebas de fertilidad y no todas son perfectas.  Sentarse en la sala de espera de una clínica de fertilidad, que sensación tan extraña. Varios ciclos de un tratamiento, ¡seguro que funcionara! pero no. Afrontar tener que someterme a la Inseminación Artificial. Quizás en otra clínica. Más pruebas, otras opiniones médicas, plantearse la cirugía. Una fecundación in vitro?  Sí que funcionara. A la primera no ha podido ser, pero ¿y una segunda?


Y en eso estamos, hasta ahora que estoy en proceso con mi segunda fiv iré contando mis pasos por este camino que, una vez te adentras, es tan amplio, con tantas posibles complicaciones y variaciones. La esperanza, la incertidumbre, estimulaciones, beta espera, hormonas, bajada del periodo mes tras mes. Todo un universo paralelo del que, aun no entiendo muy bien, a la gente que le ha tocado vivirlo le gusta poco hablar de él.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Por donde empezar?

No sé exactamente cómo ha surgido la idea de escribir un blog, simplemente lo necesitaba. Ni siquiera sé si acabará mañana, en una semana, en unos meses o nunca.

Tampoco estoy segura de si de repente me apetecerá abordar temas distintos de los que ahora quiero hablar, ya que por supuesto mi todo no se encierra en lo que quiero expresar a día de hoy aquí, pero sí que hay dos mundos de los que quiero contar algo: La superación personal marcada por la ansiedad y la infertilidad.

Con el paso de los años y la perspectiva que da esa cierta distancia, me siento capaz y necesito empezar a recordar mis pasos en ambos caminos, para ordenar mi mente, seguir avanzando positivamente y terminar de recuperar lo que tuve.

Aunque quiero hablar separadamente de las dos cosas, en ciertos puntos se solaparan, y en otros momentos se distanciarán, ya que no sufrí ansiedad por infertilidad ni viceversa.

Y narraré poco a poco mi andadura hasta aquí, hablando en blanco y negro, y después ya veremos, también intento quitarme el vicio de querer planificar todo lo que va a pasar…